Auxiliar de conversación en los Estados Unidos: Parte 2


Fast forward un año y el momento de la solicitud había llegado

Faltando unos meses para graduarme y acabando de comenzar con mi Trabajo de Fin de Grado (el famoso TFG) empecé a trabajar como monitora en un gimnasio y me vi absorbida por estas nuevas responsabilidades. Luego, poco antes de presentar el TFG empecé a trabajar como entrenadora en CrossFit Zaragoza, el gimnasio donde había entrenado desde siempre. Todos estos cambios sumados a mi TFG fueron un proceso tan gratificante como absorbente, que empujaron la beca de auxiliar totalmente al olvido. Tras graduarme me fui una semana de viaje a Grecia con mis amigas de la carrera y luego seguí trabajando todo el verano.
Llegó septiembre, comencé el máster que, aviso, es increíblemente exigente con los futuros profesores de inglés y me metí de lleno en él. Tanto es así que no fue hasta finales de octubre que me acordé del dichoso título y examen de inglés y me puse a prepararlo. Nunca me preocuparon los otros requisitos, porque el baremo de la beca incluía muchos méritos diferentes, algunos de los cuales tenía y otros que no, pero como se dice en inglés “at the end of the day” yo creía que me seleccionarían. A finales de noviembre hice el examen de inglés y a los pocos días publicaron la convocatoria de auxiliares de conversación para el curso 2019-2020. Entonces el problema era que si aprobaba el título llegara a tiempo, porque en menos de un mes había que presentar la solicitud con la documentación pertinente y sin título de inglés me daba por jodida. Al final me enviaron a tiempo un documento con los resultados del examen, que había aprobado con éxito, y presenté la solicitud el mismo día que se cerraba la convocatoria. Ese día sentí que me quitaba un enorme peso de encima, que el esfuerzo había valido la pena e inconscientemente empecé a pensar: “siguiente parada: EEUU”.
Yo tenía total confianza en que me iban a dar Estados Unidos como destino hasta que me dio por mirar los baremos del año anterior y me di cuenta de que según mis cálculos estaría admitida dando gracias. Al parecer la gente que quería un destino como Estados Unidos, Canadá o Australia se preparaba muy bien para esta beca, sacándose cursos de todo tipo, títulos de idiomas varios, etc. ¡Y yo que pensaba que con la nota de la carrera y poco más valía! Ilusa. Si yo había calculado que iba a tener unos 29 puntos casi 30, el año pasado la puntuación más baja había sido alrededor de los 30 puntos. Ahí me empecé a preocupar, pero solo podía esperar a que sacaran el listado de candidatos admitidos.
El tiempo pasó y allá por mayo revisé la página web de la convocatoria y el listado estaba colgado. ¡Sorpresa! Estaba admitida. Vaya alivio… Me quitaron puntos del baremo por incluir tarde un título, pero me daba igual porque estaba dentro. Ahora mi siguiente preocupación era que me dieran el destino que yo quería, porque la experiencia cambia mucho según donde acabes en un país mastodóntico como Estados Unidos. Y esto es otra historia...

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